Las cooperativas piden que se active la eliminación de cadáveres de ganado extensivo en la propia explotación

Las consecuencias negativas de la retirada de cadáveres lleva a Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura a plantear que se retome esta medida

Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura ha solicitado al Gobierno de Extremadura la activación del sistema de eliminación de cadáveres de especies animales ganaderas explotadas en régimen de extensividad en la propia explotación ganadera.

Esta forma de eliminación de cadáveres animales era la tradicional en las explotaciones ganaderas extensivas hasta que aparecieron los problemas sanitarios de encefalopatías espongiformes transmisibles en humanos, el conocido "mal de las vacas locas", ante los que la Comunidad Europea tomó medidas para controlar esta enfermedad, como la implantación de sistemas de trazabilidad o el control y eliminación de determinados productos de alimentación animal, así cambios importantes en la normativa de control y eliminación de subproductos de origen ganadero.

Desde entonces, la gestión de las explotaciones ganaderas ha sufrido importantes cambios, ya que todos los cadáveres de ganado perteneciente a especies rumiantes se comenzaron a retirar de las explotaciones ganaderas, provocando consecuencias negativas como el desabastecimiento de alimento a la fauna silvestre necrófaga o el encarecimiento de las producciones ganaderas.

Ante ello, Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura ha propuesto que se implante de nuevo el sistema tradicional, del mismo modo que se ha hecho ya en otras regiones como Andalucía o Aragón, y que se permita la eliminación en la propia explotación de los cadáveres de animales que estén libres de enfermedades de transmisión al hombre y de enfermedades de transmisión a animales. Esto supondría, entre otros aspectos, que la fauna silvestre necrófaga de la comunidad autónoma (buitres, águilas y zorros, entre otros) dispusiera de nuevo de alimento, evitando así los ataques que se están produciendo al ganado vivo y contribuyendo a limpiar el campo de forma rápida y eficaz.

Desde el punto de vista ambiental hay que señalar el arrojo a la atmósfera de grandes cantidades de humos con alta carga contaminante procedentes de las plantas incineradoras de cadáveres junto al los vehículos utilizados en la retirada de los cadáveres de las explotaciones, que también está contribuyendo a la degradación del medio ambiente.

Mientras, el ganadero está soportando un sobrecoste en su actividad por las exigencias normativas para la eliminación de cadáveres, viéndose obligados a contratar servicios de retirada de cadáveres de las explotaciones, con el desembolso económico que ellos supone, a pesar de que los seguros agrarios ayudan en parte. A ese coste, que se encuentra entre los 3 y 4 euros por animal, hay que sumar el derivado de transportar los cadáveres por sus propios medios desde la zona donde se ha producido la muerte hasta la zona de fácil acceso de los vehículos del servicio de retirada.

Desde el punto de vista de la sanidad animal, el sistema de retirada de cadáveres de las explotaciones supone un alto riesgo de propagación de enfermedades de unas explotaciones a otras, por el mero hecho de que los vehículos de recogida entran en todas las explotaciones a recoger los cadáveres de animales, con el consiguiente peligro de propagación de las enfermedades, a lo que hay que añadir el riesgo de transmisión de enfermedades al personal de trabajo, que está continuamente en contacto con este tipo de mercancías.

Por último, desde el punto de vista legal, el Real Decreto 1131/2010 permite la eliminación de cadáveres animales generados en las explotaciones ganaderas siempre que se cumplan unos requisitos mínimos en cuanto a seguridad e higiene,  mientras que el Real Decreto 1632/2011 regula la alimentación de determinadas especies de la fauna silvestre con dichos subproductos.

Todo ello hace que existan, en opinión de Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura, suficientes argumentos para que se permita la eliminación de los cadáveres de animales en las propias explotaciones extensivas, libres de enfermedades de transmisión al hombre y a animales.

Las cooperativas piden que se active la eliminación de cadáveres de ganado extensivo en la propia explotación

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