Viñaoliva afronta un año 2023 de mucha intensidad para el sector en el que celebra además su 25 aniversario

El grupo cooperativo apuesta por la adaptación a las nuevas reglas del mercado consiguiendo así la máxima rentabilidad para sus socios

Arranca 2023 tras un año de mucha intensidad para el grupo cooperativo Viñaoliva, con multitud de secciones, lo que significa intentar comprender diversos mercados y cada uno con sus problemáticas individuales, a lo que debe sumarse la agenda vinculada a esta cooperativa de segundo grado. “También hay que añadir el extra de responsabilidad que se le suma por el contexto que está pasando la agricultura, con unos márgenes cada vez más ajustados, con unos costes de producción cada vez más en alza y donde los precios de los productos no lo están”, señala Miguel Monterrey, presidente del grupo cooperativo.

 

Desde el plano empresarial, Viñaoliva destaca la importancia de ser autosuficientes en los procesos productivos principales que acomete (vinos, aceitunas y aceites) y la necesidad de saber proyectarlos en los tiempos que impone el mercado. 

 

A pesar de todo, las sensaciones son “muy positivas” para el grupo cooperativo Viñaoliva, con un equipo de personas muy motivado y centrado en su trabajo, intentando sacar lo máximo de cada uno de los productos y en los mercados que sean necesarios. El grupo Viñaoliva resalta que goza de una muy buena imagen como proveedora de productos de gran calidad y con gran seriedad en el mercado.

 

El presidente de Viñaoliva señala que el clima ha sido y es un factor fundamental y resume la situación actual como “de emergencia” al tener un déficit hídrico importantísimo que se manifiesta en mermas productivas en el sector de aceituna de mesa, que cifra en el 90%, y en la aceituna de molino, que ronda 50%. “Son mermas tan importantes que, por mucho que suban los precios, no compensan la caída de ingresos. La cosecha de 2023 aún es muy difícil de predecir en estos momentos. Lo que sí es cierto es que tenemos una necesidad de agua para que al menos pensemos en tener cosecha”, asegura Monterrey.

 

Por otra parte, Viñaoliva considera que es beneficioso para sus socios seguir apostando más si cabe por el mercado exterior, a pesar de las consecuencias que, derivadas de la guerra en Ucrania, están provocando en las exportaciones, sin obviar el mercado interno. “Naturalmente, todo lo que significa ganar cuota en los mercados, especialmente en el Horeca, es positivo”, manifiesta el presidente del grupo cooperativo, que considera fundamental seguir apostando por este canal, fortaleciendo y apoyando las estructuras comerciales.

 

Con todo ello, Viñaoliva afronta un 2023 con el objetivo de ampliar las cuotas de mercados y generar nuevos proyectos basados en la economía circular que permitan al grupo cooperativo ser autosuficiente en su actividad productiva de una manera rentable. Asegura además que la obtención de la calificación de Entidad Asociativa Prioritaria a nivel nacional, aunque no es un objetivo en sí misma, debe ser una herramienta que permita a Viñaoliva implementar todos los proyectos que están encima de la mesa al poder optar a ayudas a fondo perdido de un 60%. Por lo tanto, el crecimiento orgánico mediante las integraciones será otro de los objetivos.

 

“Sabemos que son tiempos muy difíciles. En el campo somos conscientes de esto, y confiamos en que, con el trabajo de todos incluidos los rectores y socios de cooperativas de base, integrantes de Viñaoliva, personal laboral de éstas, etc. remando en un mismo sentido logremos adaptarnos a las nuevas reglas del mercado consiguiendo así la máxima rentabilidad para nuestros socios”, concluye Miguel Monterrey.

Viñaoliva afronta un año 2023 de mucha intensidad para el sector en el que celebra además su 25 aniversario

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