Un panorama de incertidumbre

El sector del porcino ibérico debe plantearse qué perspectivas quiere para el próximo año, con un stock muy superior a la capacidad consumo de productos curados, con un canal Horeca que no se acaba de recuperar y con múltiples factores externos que van a influir en todo ello.

Hace solo unos meses, en este mismo blog, advertíamos de la situación crítica del sector del porcino ibérico por la repercusión económica generada por la pandemia por COVID-19. Las malas perspectivas se están cumpliendo a pesar de que el sector parece no darse cuenta aún de la magnitud de la crisis en la que se encuentra, mientras desde las cooperativas velamos por sus intereses futuros ante la realidad que técnica y profesionalmente estamos viendo, con un panorama lleno de incertidumbre.

Durante el Estado de Alarma los precios cayeron estrepitosamente, poniendo el valor del ibérico en niveles muy bajos; la caída de las ventas por el cierre de la hostelería y restauración ha supuesto un importante freno para el sector, pintando una situación nada halagüeña porque los gastos en las explotaciones continuaban. Tras ese periodo, el mercado se recuperó ligeramente, aunque fuese por la demanda de carne fresca por parte del mercado asiático y no por las ventas ni consumo de productos curados.

Esto ha provocado que parezca que haya buenas perspectivas y que la producción de lechones solo haya disminuido un 1,8% en lo que va de año 2020, según los datos del sistema ITACA, a pesar de la escasa demanda que hay. Pero quizás el dato más preocupante es que la producción de cerdo ibérico de cebo se ha incrementado un 10% con la idea de que el mercado y los precios iban a remontar.

El problema es que eso está muy lejos de la realidad que estamos viviendo. Venimos arrastrando una importante crisis, que se ha agravado ahora, debido a que existe mucha más oferta que demanda. Y a pesar de ello la oferta sigue aumentando, por lo que la situación va a ser muy complicada y en el futuro encontraremos aún más problemas de los que ya tenemos.

Desde las cooperativas estamos transmitiendo a los ganaderos que la perspectiva de aquí a dos años es muy complicada, con las comunidades autónomas cerradas, con un descenso de consumo y con un cambio en ese consumo, ya que las familias optan por loncheados y no por piezas enteras, lo que retrasa además la comercialización.

El sector productor debe actuar ya y la Administración debe ayudarle. Hay que reducir la cabaña, retirar del mercado reproductoras y facilitar el almacenamiento, porque además es un problema global que afecta a ganaderos y a industriales.

sector porcino - cerdos en dehesa

La situación tampoco ha mejorado mucho con las ayudas que ha dado el Ministerio de Agricultura. Desde Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura se veía que podían paliar, aunque solo fuera en parte, el precio que recibe el productor, pero no eran la solución para que el sector del porcino ibérico pueda tener un futuro, que pasa por medidas estructurales muy necesarias como ayudas a la reestructuración de las explotaciones para así disminuir el censo de madres o medidas que compensen la oferta y la demanda de este sector.

Esas ayudas se han cubierto escasamente en un 20%, de forma que de los 10 millones euros que el Ministerio puso a disposición del sector no se van a gastar más de 2 millones. Más de 8 millones de euros se han quedado sin repartir, por lo que desde Cooperativas Agro-alimentarias hemos solicitado al Ministerio de Agricultura que ese presupuesto sobrante se destine a reducir la cabaña de madres ibéricas, medida que debería haberse contemplado y que, insisto de nuevo, es clave para que el sector pueda continuar apostando por regular la oferta para que el excedente no genere más costes a los ganaderos.

Y mientras tanto tenemos por delante un momento fundamental para el sector como es la campaña de montanera en cuanto a producción y la de Navidad en cuanto a consumo de ibérico. Y es que el mercado no sabe qué va a pasar.

Por eso, debemos plantearnos qué perspectivas queremos para el próximo año, con un stock muy superior a la capacidad consumo de productos curados, con un canal Horeca que no se acaba de recuperar y con múltiples factores externos que van a influir en todo ello.

Un panorama de incertidumbre

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