Comunicación

Ganaderos con futuro

Diez jóvenes se forman en la Escuela de Pastores de Cooprado y Tagus para impulsar el relevo generacional y asegurar la continuidad de la actividad ganadera

Marga es ganadera. Tiene años de experiencia acumulados en su explotación de vacuno de carne, situada en Hinojal (Cáceres), y ahora está sopesando la posibilidad de diversificarla con ganado ovino de carne.

Ramón es natural de Casar de Cáceres, localidad cacereña a la que regresó recientemente tras pasar varios años trabajando en Madrid. No tiene experiencia en ganadería, pero sí muchísima iniciativa y varias ideas empresariales que está poniendo ya en marcha.

Son dos puntos de partida muy distintos que, sin embargo, finalmente convergen en la Escuela de Pastores Tajo-Salor-Almonte, que impulsan la cooperativa Cooprado y la Asociación para el Desarrollo Integral del Tajo-Salor-Almonte (Tagus) y que ha sido ejemplo para poner en marcha otras Escuelas de Pastores en diversos puntos de España.

Marga Sánchez Macarrilla y Ramón Barrera Bodes son dos de los 10 alumnos de esta Escuela de Pastores, que cuenta con un programa formativo con numerosas actividades para cumplir con su objetivo de capacitar y mejorar las competencias de quien quiera incorporarse a la actividad agraria y de quien está ya en activo. Para ello, cuenta con una amplia formación teórica, que se completa con prácticas en las explotaciones ganaderas de socios de Cooprado, tanto de ganado ovino, como de caprino y vacuno, que acompañarán a los alumnos en las tareas diarias de un ganadero.

“No se trata de aprender el trabajo de los ganaderos, se trata de hacerlo, y están desde bien temprano en la explotación realizando el manejo de los animales”, explica el coordinador de esta Escuela de Pastores, Juan Enrique Izquierdo, quien señala además que las tres ediciones anteriores de esta Escuela fueron un éxito, ya que permitieron que un alto porcentaje de los alumnos que se formaron se encuentren actualmente trabajando en este sector.

La Escuela de Pastores quiere así mostrar el sector ganadero como un sector moderno y atractivo para que sea alternativa laboral para los jóvenes. Jóvenes además muy formados gracias a esta iniciativa y que garantizarán el relevo generacional en el sector.

“El campo es el motor de Extremadura porque no tenemos otro tejido tan implantado y estructurado como el agrario y ganadero”, subraya Ramón. “Los ganaderos somos empresarios, que tenemos muy presentes el bienestar de nuestros animales”, añade Marga.

En ello se centra esta Escuela de Pastores, en formar nuevos profesionales que aseguren la continuidad de las ganaderías ovinas de la zona y, con ello, la materia prima para la elaboración del queso de la Denominación de Origen Protegida (D.O.P.) Torta del Casar, de cuyo Consejo Regulador forma parte Cooprado.

Es uno de los aspectos más importantes del proyecto y el origen de la Escuela. “Necesitábamos más explotaciones de ovino y, por tanto, formar a futuros ganaderos para que se incorporen en la comarca y la Escuela les facilita ese proceso”, señala la directora de la Fundación Cooprado, Mª Ángeles Muriel.

Ahora, estos diez jóvenes asisten a las clases teóricas de la Escuela de Pastores, tras las que obtendrán el certificado correspondiente de realización de los cursos de incorporación a la actividad agraria, de plaguicidas uso ganadero y de bienestar animal para ganaderos y transportistas, pero no dudan en resaltar la parte práctica del curso, que está a cargo de ganaderos profesionales con amplia experiencia en el sector, de forma que los alumnos aprenden el trabajo diario real de un ganadero en una explotación. Son siete los ganaderos que voluntariamente son tutores de estos alumnos, que van rotando de dos en dos por las distintas explotaciones para que no sólo vean el manejo, sino que lo hagan.

Realizan así el manejo en la explotación ganadera, conocen todas las ventajas que les aporta el asociacionismo a través de la cooperativa y la labor comercial que ésta realiza y ven el resultado final en las queserías adscritas a la D.O.P. Torta del Casar. Están aprendiendo a que tengamos alimentos de calidad y con todas las garantías, porque esa calidad del producto final depende de la calidad de la materia prima y eso está supeditado al manejo que realice el ganadero.