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Más producción y menos costes en el aceite

Es un sector clave en nuestra economía y agroalimentación de Extremadura, que está peleando mucho por posicionarse en los mercados, para lo que la alta calidad de nuestros aceites también es clave.

Estamos en plena campaña de aceite de oliva y la previsión que tenemos es que no será muy larga e inferior en producción a la del año pasado. Tendencia que se seguirá también a nivel nacional.

Esto tiene un punto de vista positivo y es el incremento de precios que ya hemos visto al inicio de la recolección. Y unos buenos precios en origen es uno de los aspectos que harán que este sector pueda seguir adelante, acompañado de un aumento de la producción y una reducción de costes. Son una buena señal para fortalecer un sector que es clave en nuestra economía y la agroalimentación extremeña y que está peleando mucho por posicionarse en los mercados, para lo que la alta calidad de nuestros aceites también es clave.

Bien es cierto que las oscilaciones que registra el precio del aceite de oliva son un problema, porque varía mucho no sólo de una campaña a otra, sino en la misma campaña. Y eso hace que la rentabilidad de las explotaciones también oscile.


En la última campaña, la 2015-2016, Extremadura casi alcanza las 69.000 toneladas de aceite. Con la entrada en producción de nuevas plantaciones intensivas y más riego se pretende que el olivar extremeño puede superar estas cifras.

El olivar superintensivo de regadío está creciendo con fuerza en Extremadura, ya que produce unos 20.000 kilos por hectárea frente a los 1.500 kilos por hectárea que produce el olivar tradicional, que tiene que adaptarse o valerse de las ayudas ecológicas para seguir adelante.

Pero también es cierto que, aunque el superintensivo sería un modelo ideal de producción, no es viable para todos por diversos motivos, desde las condiciones del suelo, la falta de agua hasta el importante desembolso económico que requiere.

Y aquí hay que hacer mención a los proyectos de regadío en estudio en Monterrubio y Tierra de Barros. Si estamos hablando que ambas comarcas productoras son hoy día referente del sector oleícola en nuestra región con un olivar de secano muy mayoritario el día que puedan regar parte de sus explotaciones estaremos hablando de aumentar considerablemente sus producciones y por tanto de optimizar las mismas.

En el caso de Monterrubio son ya más de quince años esperando el “agua prometida” y nuestros olivareros ya no se lo creen. En cuanto a la zona de Barros llevan menos tiempo por lo que deseamos que se haga realidad ambos proyectos en el menor tiempo posible en beneficio de un sector que necesita este tipo de iniciativas.


Y es que debemos encaminarnos a aumentar la producción y reducir costes, porque es lo único que hará viable al sector en el futuro. Y para eso tenemos un importante reto por delante referente a la producción, que es la reestructuración del cultivo con la modernización de las explotaciones.

A eso hay que sumar otro importante reto: integración cooperativa. Somos muchos a vender aceite y pocos a comprar. Y debemos apostar por intercooperar para obtener una mayor rentabilidad.

Además, no hay que olvidar el importante papel que representan las cooperativas en el sector del aceite de oliva, ya que las cooperativas olivareras extremeñas concentran el 60% del aceite regional, en 59 almazaras cooperativas de las 119 almazaras que han declarado datos a la AICA en toda la región.

Del mismo modo que sucede en otros sectores agrarios y ganaderos extremeños, en los que la comercialización de sus productos ya se realiza de forma conjunta, lo ideal sería agrupar de alguna manera la comercialización de los aceites de las cooperativas de la región para lograr mejores precios y más estables.

Es precisamente en lo que estamos trabajando desde todo el sector cooperativo. En aunar fuerzas para ganar tamaño e incrementar nuestra competitividad en un mercado complicado.


Y aquí la calidad de nuestros aceites tiene mucho que decir. Hoy día las Denominaciones de Origen tienen mucho que decir. Hemos pasado en esta última campaña en España a comercializar una media de más de 115.000 toneladas, mensuales con unos precios aceptables. Las cosas no pasan por casualidad y parte de este éxito la tiene la calidad de nuestros aceites que empiezan a ser reconocidos mundialmente desbancando a países como Italia que antes nos llevaban la iniciativa.

Hablar de calidad es hablar de Denominaciones de Origen donde se trabaja en manuales de calidad y protocolos de certificación que conducen a la obtención de los mejores zumos de aceituna.

Nuestras dos Denominaciones de Origen son pequeñas si las comparamos con otras de Andalucía. Hasta ahora no han tenido demasiada repercusión pero ambas están asentadas y en los últimos años se han adaptado a la normativa europea que ya ha sido un paso importantísimo. Están saneadas y saben perfectamente que dirección deben de tomar.

Estoy convencidísimo y me consta que a partir de ahora se empezará hablar muy mucho de las Denominaciones de Origen extremeñas por los proyectos que quieren poner en marcha en breve.