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Las anomalías climáticas merman las principales producciones agrícolas extremeñas

El sistema de seguros agrarios es la única herramienta que cubre eficazmente los principales daños producidos por las adversidades climáticas en el campo

El presente año agrícola se está mostrando como un año climatológicamente adverso para los agricultores extremeños, por lo que vamos a hacer este exhaustivo análisis desde Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura de las distintas estaciones. En todas y cada una de ellas han sucedido anomalías que han afectado negativamente a la mayoría de los cultivos extremeños.

En concreto, si analizamos el invierno, según la AEMET, ha sido mucho más cálido comparado con la serie histórica, las anomalías sufridas se registraron temperaturas por encima de lo normal, habiendo sido escasas las entradas de frío. En los meses de diciembre y enero en la primera quincena de febrero no se produjeron situaciones que dieran lugar a la entrada de aire frío, tan sólo durante la segunda mitad de febrero se produjeron situaciones de este tipo. Las anomalías de las temperaturas medias mensuales fueron: +2,5ºC en diciembre, 2,3ºC en enero y +0,8ºC en febrero, se ha tratado del invierno más cálido de la historia desde 1961. Esto provocó que los cultivos leñosos cerezos, frutales, viñas, olivar, etc. no cumplieran su ciclo normal de reposo invernal y de acumulación de horas frío, disminuyendo gravemente su producción como puede ser el caso de la cereza donde la merma ha superado en más de un 40%.

Además durante el invierno las precipitaciones estuvieron desigualmente repartiadas geográficamente sufriendo una sequía reiterada en el sur mientras que en el norte las precipitaciones superaron ampliamente los valores normales. El mes de diciembre fue extremadamente seco en el sur, con una precipitación que tan sólo alcanzó el 20% del valor medio del mes, sin embargo los meses de febrero y enero fueron muy húmedos, con unas precipitaciones que superaron la medida en un 41% en enero y un 66% en febrero en el Norte de Extremadura.


Esta escasez de precipitaciones y altas temperaturas durante el último periodo del otoño-invierno provocaron la proliferación de plagas en los cereales de la Campiña Sur. El gusano de alambre (Agrostis Sp.) y el mosquito del trigo (Mayetiola destructor) provocaron pérdidas de producción muy importante en los cereales de la Campiña. Actualmente no existe ningún método eficaz contra la lucha de estas plagas, esto provocó que muchos agricultores tuvieran que levantar sus plantaciones ante la voracidad de estas plagas en las primeras fases del cultivo.

Además, estas elevadas temperaturas a finales del otoño-invierno afectaron negativamente a las producciones de brassicas que necesitan una menor temperatura para poder terminar adecuadamente su ciclo y formar las pellas. Otro sector afectado fue el ganadero en la zona sur de Extremadura pues la falta pastos por la sequía era recurrente desde la primavera anterior.

Durante la primavera continuaron las anomalías climáticas, las temperaturas medias estacionales fueron inferiores a los valores normales, llegando a superarse valores negativos de dos grados en algunos puntos de Extremadura. Marzo, abril y mayo resultaron muy frío con unas anomalías negativas de temperaturas que superaron los 2ºC.

Las precipitaciones durante la primavera fueron superiores a los valores normales, las cantidades llegaron a duplicar los valores normales sobre todo durante los meses de abril y mayo. La precipitación media para toda Extremadura durante el pasado mes de Abril fue de 109,4 litros/m², y de 100,7 litros/m² en el mes de mayo, teniendo en cuenta que el valor medio es de 58,9 y 49,9 litros/m² e respectivamente.

Esto provocó que no se dieran las condiciones óptimas durante la polinización para los cultivos de cerezos y frutales, puesto que las lluvias de primavera fueron muy abundantes y persistentes.

En los frutales y sobre todo en las cerezas y ciruelos, existen un número importante de excelentes variedades comerciales que son auto-incompatibles, con lo que unas variedades se polinizan con otras. El cerezo y el ciruelo son frutales de polinización entomófila, es decir, requiere de la acción de insectos polinizadores para trasladar los granos de polen de una flor a otra, el agente polinizador más utilizado es la abeja. La abeja trabaja eficientemente entre los 15ºC y 26ºC, también se vio limitada por los días lluviosos y por aquellos con vientos superiores a 24km/h.

En resumen la confluencia de todos estos factores limitantes para el cuaje del fruto es la causa de la enorme falta de producción del cultivo de la cereza y ciruelas en la pasada campaña.

Este exceso de precipitaciones unido a las bajas temperaturas también provocó problemas en las nacencia de miles de hectáreas de girasol, maíz, arroz y plantaciones de tomates, obligando a muchos agricultores a resembrar sus cultivos.

Además durante los primeros días de Julio tormentas de pedrisco y viento azotaron distintos puntos de la comunidad autónoma de Extremadura. Esto unido a las lluvias del mes de mayo causaron daños en más de 12.000 has de tomate asegurado, repartidas en casi 3.800 parcelas. Badajoz fue la provincia más afectada, y sobre todo la comarca de Don Benito, donde se han registrado los daños en más de 6.000 hectáreas, según datos de Agroseguro.

En relación a las tormentas de Julio, es cierto que debido a la intensidad, extensión y al momento de ocurrencia de las tormentas se detectó en el seguro de tomate una carencia que nunca antes se había observado, pero no es menos cierto que celeridad y acierto con la que se resolvió el problema por parte de la Dirección Territorial de Agroseguro Extremadura, que dirigida por Jesús Cano Tiemblo y avalado por la Comisión Territorial de Extremadura y gracias al gran esfuerzo realizado por los peritos de la entidad y tomadores de seguros, salvaron una situación muy complicada para todos.

El seguro del tomate tiene una alta aceptación entre los horticultores de la región, más del 90% del tomate es asegurado debido al buen funcionamiento de este seguro en los últimos años, capaz de indemnizar debidamente situaciones tan difíciles como la de este año con más de 15 millones de euros a la del año 2011 donde se indemnizaron casi 9,5 millones de euros, indemnizaciones que permitirán seguir a nuestros agricultores con sus explotaciones aún en los años más difíciles. Solamente una cifra, el seguro de tomates para industria desde el año 2005 ha indemnizado a nuestros agricultores con más de 46 millones de euros, cifra que denota la importancia del seguro para este sector y para toda Extremadura.

También hay que destacar, los daños que la tormentas de viento el domingo del 3 de Julio provocando numerosos daños en cultivos de tabaco, maíz, frutales, tomates, girasol y pimientos. Otra carencia del sistema que se está estudiando en estos momentos es la compensación económica para los agricultores de tabaco que no pueden recolectar su producción de forma mecanizada porque el viento ha tumbado las plantas de tabaco como ha sucedido este año en las zonas de Losar de la Vera y Talayuela.


Por último si analizamos el verano ha tenido un carácter extremadamente cálido, con una anomalía térmica de 2ºC por encima de la media de la estación según la AEMET (Periodo de referencia 1981-2010). Además se ha superado el número de días con temperatura mínima mayor de 20ºC, lo que la AEMET denomina noches tropicales.

Estas elevadas temperaturas nocturnas han provocado una pérdida de rendimientos muy importantes en cultivos mermando sus rendimientos de forma considerable e impidiendo la realización de un ciclo normal de cultivo así como la recuperación de cultivos afectados por las lluvias de abril y mayo, siendo notable las mermas de producción en los cultivos de maíz, girasol, viña, tomates, pimientos.

Otro cultivo fuertemente afectado por estas anomalías ha sido el olivar, con una pérdida de producción de más del 40%, falta de producción que se ha visto agravada tras la falta de lluvias durante los meses de Septiembre y Octubre.

Un problema recurrente son los daños por fauna silvestre, daños que necesitan ser analizados porque en muchos casos debido a la gran abundancia de fauna, gorriones, grullas, etc. son incontrolables por el agricultor y que para el año que viene muchas parcelas se quedaran sin sistema de cobertura por las modificaciones que se han introducido en el sistema a pesar de la oposición que Cooperativas Agro-Alimentarias de Extremadura mostró en los grupos de trabajo.

Con todo ello y a pesar que hay muchas cosas que se tienen que seguir mejorando queda demostrado que nuestro Sistema de Seguros Agrarios es uno de los mejores sistemas a nivel mundial capaz de corregirse y adaptarse los nuevos y complicados escenarios, siendo esta la única forma que tienen nuestros agricultores de protegerse frente a cualquier adversidad climática.

Por lo tanto podemos concluir en este sentido, que es una gran responsabilidad tanto para la administración central, regional como para la Agrupación de Entidades y los propios asegurados, su búsqueda continua del equilibrio que cada uno tiene que asumir y gestionar, como bien dicta la Ley de Seguros Agrarios Combinado en España. Quedándose patente por lo tanto que cuando una de los cuatro actores se desmarca, la repercusión negativa sobre el sistema tiene su resultado de inmediato.

Así, insistimos que es imprescindible la búsqueda del equilibrio entre unos costes razonables de seguros que ofrezcan verdaderas garantías, el apoyo económico de las administraciones central y autonómica y la concienciación de agricultores y ganaderos para su aseguramiento y consiguiente mantenimiento de la actividad agroalimentaria en beneficio a su vez de todos.