Un estudio refleja que el seguro agrario es actualmente inviable por la reducción del apoyo de las administraciones al sistema de seguros

Indica la necesidad de que las administraciones tanto autonómicas como centrales, sigan manteniendo su apoyo al sistema de seguros agrarios como uno de los principales programas para la protección de la economía de los agricultores ante la consecuencia que derivan de las distintas adversidades climatológicas y de otros riesgos de la naturaleza a los que está expuesta la actividad agraria.

La fiabilidad y solvencia del sistema de seguros agrarios español, aún en circunstancias económicas como las que atraviesa España, constituye una garantía casi exclusiva frente a las adversidades que puede sufrir el sector agrario.

Así se pudo comprobar cómo el sistema absorbió los efectos de una climatología especialmente adversa en el año 2012, cuando las fuertes olas de frío en el mes de febrero, las tormentas de pedrisco y la implacable sequía fueron las principales causas de los más de los 130.000 declaraciones de siniestros registradas, resultando más de 720 millones de euros en indemnizaciones.

En Extremadura, las indemnización ascendieron a más de 56 millones de euros en la cosecha 2012, destacando también los más de 27 millones de euros de indemnización acumulados el pasado año, en el que los principales problemas fueron la inundación de más de 6.000 hectáreas de las Vegas del Guadiana, que se produjo en abril, y las lluvias del mes de mayo que mermaron las producciones de cereales y frutales.

Por ello, es necesario que las administraciones tanto autonómicas como centrales, sigan manteniendo su apoyo al sistema de seguros agrarios como uno de los principales programas para la protección de la economía de los agricultores ante la consecuencia que derivan de las distintas adversidades climatológicas y de otros riesgos de la naturaleza a los que está expuesta la actividad agraria.

En lo que se refiere a seguros agrarios, los años 2012 y 2013 han estado llenos de dudas para los agricultores, ya que el Sistema de Seguros Agrarios en España sufrió un cambio radical debido principalmente a los recortes presupuestarios.

En algunos sectores donde los productos han sufrido una bajada de rentabilidad importantes, unido a una dificultad para el acceso a los recursos financieros, hacen que el seguro agrario sea actualmente casi inasumible para el agricultor y ganadero, debido al cambio en el sistema de subvención autonómico y a la bajada de subvención en el Plan de Seguros Agrarios 2013, al Módulo 2,3 y Módulo P, en beneficio del Módulo 1.

Así lo establece un estudio sobre el impacto de la subvención en el Seguro Agrario en Extremadura, realizado por Cooperativa Agro-Alimentarias, en el que se destaca que el apoyo económico al Sistema en el pasado año bajó a niveles del año 2000 y que, debido al desarrollo y evolución de los seguros, el coste de los mismos se ha incrementado notablemente, lo que ha provocado que muchos agricultores y ganaderos opten por el autoseguro ante la imposibilidad de pagar el mismo.

Este estudio refleja que la contundente bajada de apoyo al Sistema de Seguros Agrarios ha provocado la desaparición de uno de sus principios básicos: la solidaridad colectiva, produciendo una distorsión en todo el sistema a nivel nacional.

Actualmente, el Sistema de Seguros Agrarios está actuando de forma diferente dependiendo de la comunidad donde se encuentre el asegurado. Por ejemplo, mientras en algunas comunidades que cuentan con la subvención autonómica se está aumentando la contratación de los cultivos leñosos e incluso están solicitando la implantación de nuevas coberturas, en Extremadura está cayendo en picado la contratación en líneas tan importantes como la de frutales con un 29% y cerezas con un 52%.

En Extremadura, en el último año se ha producido un recorte en la subvención recibida por los agricultores y ganaderos superior al 40%. Esta medida ha provocado una disminución en la contratación del seguro de los principales cultivos de la región.

Esto ha generado un descenso del capital garantizado respecto del Ejercicio 2011 de más de un 16 %, pasando de los 865,61 millones de euros a 722,84 millones de euros, pero a pesar de este descenso el importe a cargo del tomador se ha incrementado en un 121%.

Esta subida de costes ha provocado que el seguro sea un insumo muy costoso en algunos cultivos, sobre todo en los seguros de mayor protección. A pesar de esto para poder contratar los agricultores tuvieron que bajar el capital asegurado, disminuyendo el precio de los productos o los kilogramos asegurados en las parcelas por debajo de las esperanzas reales de producción, etc.., con el fin de disminuir el coste del seguro y poder asegurar. De este modo, el estudio concluye que, “sin ninguna duda, la subvención no cumple su función si no se aplica en el mismo momento de la contratación”.

En determinadas líneas de seguro especialmente relevantes en Extremadura se ha registrado una bajada de contratación muy importante. En los Seguros de Frutales se ha producido un descenso de un 13% en el número de pólizas contratadas, así como un 29% de la variación de la producción asegurada. El coste del seguro a los fruticultores se incrementa en más 1,49 millones de euros a pesar que el capital asegurado baja más de un 30 %.

En otros cultivos como la cereza se ha producido una disminución de un 52% en el valor de producción asegurada, o en el tomate de industria con un descenso del 15% en el número de pólizas.

“Por todo ello, podemos decir, que las ayudas si no se producen en el mismo momento de la contratación no cumplen su función, por lo que es de vital importancia que la Comunidad Autónoma implemente un sistema mediante el cual el agricultor vea la reducción del coste de su seguro en el momento de la contratación”, sentencia el estudio.

Así, concluye señalando la certeza de que los agricultores y ganaderos no podrán asegurar si la tendencia del seguro agrario continúa en esta línea y plantea, entre otras soluciones, el fomento del aseguramiento mediante rebajas fiscales por la contratación del seguro agrario.

Sin embargo, es justo reconocer el esfuerzo que se está haciendo desde el Ministerio, porque al incremento de las subvenciones del Plan 2014, con una dotación presupuestaria de 199,18 35 millones de euros, se suma el reciente suplemento de crédito de 35 millones de euros aprobados por la Comisión Delegada de Asuntos Económicos para las líneas de otoño del 2013, con el objetivo prioritario de mantener la contratación.

Esto ha permitido que se mantengan los porcentajes de subvención en los módulos 2, 3 y P agrícolas para el próximo año, obtenidos tras la modificación del Plan de 2013, y se ha extendido ese incremento a la mayor parte de las líneas ganaderas, así como en la subvención adicional por renovación de la contratación que pasa de un 3% al 5%.

También hay que tener en cuenta los 4 millones de euros que la Comunidad Autónoma dotará para subvencionar los seguros, que aunque escasos, sin duda ayudarán a paliar esta situación.

Otra de las novedades del Plan 2014, solicitada desde Cooperativas Agro-Alimentarias, ha sido la modificación de la aplicación de la deducción de los 60 euros de subvención a percibir por cada asegurado, que se incluyó en el Plan 2013 y que para 2014 no se aplicará a cada una de las pólizas, sino a cada NIF. También se soluciona unos de los problemas del seguro de retirada de porcino, donde se triplica la partida para las madres, pasando de 0,33 euros a 1,1 euros.

Sin embargo, y a pesar de los duros momentos que conlleva la actual situación económica, el Sistema de Seguros Agrarios sigue adaptándose a las necesidades del sector, y durante el ejercicio 2014 con vistas a la incorporación de nuevas coberturas se seguirán realizando trabajos.

El apoyo público es para la política de seguros agrarios indispensable. Es necesario que se considere la política de seguros agrarios como un instrumento eficaz para el mantenimiento de las rentas del sector agrario en la Comunidad de Extremadura, por proporcionar una adecuada cobertura a las producciones agropecuarias autonómicas, frente a los distintos riesgos, que con cierta asiduidad, provocan perdidas muy importantes.

Al mismo tiempo, Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura entiende que cada año el presupuesto se ha de ajustar a las circunstancias económicas y financieras de los montantes necesarios para subvencionar el precio. Pero el sistema debe ofrecer una cobertura real a un coste razonable y, como no, en un entorno económicamente desfavorable, el apoyo estatal y autonómico al seguro agrario se hace mucho más importante porque en muchos casos el precio del seguro es inasumible. El apoyo se debe dar en el momento de realizar el seguro, o por lo menos que el agricultor conozca cual va a ser su precio real.

Esto sería beneficioso para la economía agroalimentaria y,por lo tanto, para la economía de nuestra comunidad.

De tal modo, es una gran responsabilidad tanto para la Administración central, regional como para la Agrupación de Entidades y los propios asegurados, su búsqueda continua del equilibrio de costes que cada uno tiene que asumir y gestionar, como bien dicta la Ley de Seguros Agrarios Combinado en España. Quedándose patente por lo tanto que cuando uno de los cuatro actores se desmarca, la repercusión negativa sobre la contratación tiene su resultado de inmediato.

Un estudio refleja que el seguro agrario es actualmente inviable por la reducción del apoyo de las administraciones al sistema de seguros

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