La campaña de tabaco finaliza con precios inferiores a los contratados pero con una calidad sobresaliente

Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura analiza la campaña de tabaco

El sector del tabaco tuvo en 2012 un año complicado debido a la tremenda sequía sufrida y arrastrada durante meses que llevó a que las condiciones edáficas no fueran las más apropiadas para el cultivo, a pesar de contar con el sistema de riego convencional de apoyo, llegándose a acumular un cierto retraso en el ciclo que se llevó hasta el inicio de la recolección.

A pesar de todo, a medida que se fue desarrollando el cultivo, ese retraso se fue paliando a base de riego, fertilizante y labores. La parte positiva de todo esto es que después de todos estos inconvenientes sufridos, tanto el rendimiento como la calidad del tabaco curado no se ha visto resentido excepto en contadas ocasiones en las que se pueda haber visto agravado por otras circunstancias excepcionales como algún problema sanitario, retrasos en la finalización de la cosecha, etc.

En lo que se refiere a las entregas de tabaco, se ha conseguido un muy alto nivel de cumplimiento de contratos en todas las variedades de cultivo. Las principales complicaciones han venido producidas por efectos secundarios de la situación actual como por ejemplo la bajada en la capacidad de compra en los centros de recogida de Cetarsa, el amplio retraso sufrido en esas entregas que se han alargado más que otras campañas o el efecto producido por la recogida de parte del tabaco que la italiana Mella dejo sin comprar en 2012.

Además, si ha sido visible la disminución del precio medio del tabaco tanto en la variedad Virginia como en las Burley que es un aspecto más que se une a la cadena de hechos que sólo consiguen implantar el pesimismo en un sector acostumbrado a la amenaza de desaparecer debido a aspectos como el alto coste de producción, la desaparición de las ayudas directas, la amenaza de la reducción del valor de los derechos de pago único y la crítica y acoso constante de la normativa sanitaria europea, que por otra parte no limita la entrada de tabaco de importación.

La nueva campaña 2013/2014 se ha iniciado, como en casi todos los sectores agrícolas, con un importante retraso agravado en las zonas tradicionales de producción tabaquera, donde las condiciones y características del suelo ralentizan la posibilidad de entrar a hacer labores.

En lo que se refiere a contrataciones de tabaco este año se ha llegado a los 34,12 millones kilos, lo que supone un millón de kilos más que en la campaña anterior, de los que 29 millones de kilos pertenecen a la variedad Virginia.

La esperanza del sector para este nuevo año pasa por dos aspectos fundamentales. Por una parte, que el efecto de los retrasos en los cultivos no se refleje ni en el rendimiento ni en la calidad del producto y, por otra parte, desde un punto de vista normativo, que definitivamente se incluya en los reglamentos de la Política Agraria Comunitaria al tabaco como sector potencialmente receptor de ayudas acopladas y que la nueva directiva sanitaria que se está trabajando en Bruselas se flexibilice al menos respetando las producciones europeas y que las zonas tradicionales puedan seguir viviendo de producir tabaco.

La campaña de tabaco finaliza con precios inferiores a los contratados pero con una calidad sobresaliente

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