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Un compromiso inaplazable
Artículo de Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura que analiza la situación del sector ovino y caprino y la necesidad de poner en marcha una intervención sectorial específica dentro del marco de la PAC.
Desde Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura llevamos tiempo alertando de la grave situación que atraviesa el sector ovino y caprino. La pérdida constante de explotaciones, el envejecimiento del sector, el descenso del consumo y la presión normativa están dibujando un horizonte cada vez más incierto. Y lo más preocupante: si no actuamos ya, pronto será tarde.
Por eso, tenemos que alzar la voz para reclamar algo que consideramos tan necesario como urgente: la puesta en marcha de una intervención sectorial específica para el ovino y caprino dentro del marco de la PAC. Esta herramienta, ya implementada con éxito en otros sectores como el vitivinícola o el hortofrutícola, podría marcar un punto de inflexión para nuestra ganadería extensiva.
No estamos hablando de una solución milagrosa, sino de una estrategia seria, estructurada y finalista. Una herramienta más a disposición del sector y que permitiría acometer inversiones clave tanto en las cooperativas como en las granjas, afrontar los retos normativos y medioambientales actuales y, sobre todo, fortalecer un modelo productivo esencial para el desarrollo del medio rural. Una estrategia que es la que dará un futuro a quienes se incorporen al sector, que es para quienes está destinada.
La ganadería extensiva de ovino y caprino vertebra nuestros pueblos, cuida de nuestros paisajes, genera empleo y fija población. En Extremadura lo sabemos bien. Pero también sabemos que este sector sufre una tormenta perfecta: baja rentabilidad estructural, incremento de exigencias administrativas, falta de relevo generacional y campañas de desprestigio que calan en una sociedad cada vez más alejada del campo.
Mientras tanto, la UE importa más carne de la que exporta en este sector. Somos deficitarios. Y esto no solo es una anomalía, es una amenaza directa a nuestra soberanía alimentaria. ¿De verdad podemos permitirnos depender aún más de terceros países para algo tan básico como nuestra alimentación?
Por eso creemos que es momento de pasar a la acción. La intervención sectorial que proponemos no supondría un recorte de otras partidas ni afectaría a las ayudas asociadas. Todo lo contrario. Sería un complemento que permitiría impulsar planes operativos diseñados por las propias organizaciones de productores, adaptados a sus necesidades reales.
Hablamos de automatización, digitalización, bioseguridad, reducción del uso de antibióticos, conciliación laboral, formación… Hablamos de modernizar sin perder nuestra esencia. De que las granjas no cierren porque sus titulares se jubilan sin relevo. De que las nuevas generaciones vean en este oficio un futuro viable, no una condena a la incertidumbre. Porque es una medida destinada más para esas nuevas generaciones, para quienes van a tirar para adelante del sector, para quienes van a dar un futuro a nuestras explotaciones.
Las cooperativas estamos preparadas. Contamos con experiencia, estructura y una red de apoyo que ya ha demostrado su eficacia en otros sectores. Sabemos asesorar, sabemos innovar y, sobre todo, sabemos acompañar a nuestras socias y socios en un camino lleno de retos.
Eso sí, necesitamos que las administraciones estén a la altura. Que entiendan que no se puede exigir más sin ofrecer herramientas reales. Que reconozcan que la figura del veterinario de explotación, las nuevas obligaciones en pastos o la digitalización de los cuadernos de campo exigen apoyo técnico, económico y humano. Y que ese apoyo debe canalizarse a través de estructuras ya consolidadas como las cooperativas.
El futuro del ovino y caprino no está escrito. Aún no. Pero si seguimos haciendo lo mismo, con los mismos recursos y las mismas medidas de siempre, ese futuro será corto y gris.
Desde Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura apostamos por otra vía. Una vía que no deja a nadie atrás. Que moderniza sin arrasar. Que entiende el campo no como un problema, sino como una solución.
Por eso insistimos: la intervención sectorial es una oportunidad que no podemos dejar pasar. Es hora de escuchar al sector. De apostar por quienes, día tras día, cuidan del territorio, producen con estándares ejemplares y sostienen un modelo de vida que es también un modelo de futuro.